Entre la extinción y el olvido: la luciérnaga encuentra Refugio en Tlatlauquitepec.

Entre talleres, ciencia y arte, el primer Festival del Día Mundial de la Luciérnaga sacude conciencias y lanza un grito de auxilio para proteger a este ser milenario

Tlatlauquitepec, Puebla — Mientras en muchos rincones del país la luciérnaga desaparece en silencio, aquí en Tlatlauquitepec se le da un lugar de honor. Con un festival sin precedentes, este municipio mágico organizó una jornada intensa de actividades educativas, científicas y culturales para visibilizar la alarmante disminución de esta especie tan valiosa como olvidada.

Con la guía de académicos, jóvenes investigadores, artistas y cocineros locales, los asistentes —niños, jóvenes y adultos— fueron parte de una experiencia multisensorial que combinó ciencia, arte y conciencia.

“La luciérnaga no es un insecto más, es un bioindicador. Donde hay luciérnagas, hay vida sana. Donde ya no brillan… hay alarma ambiental”, declaró la maestra Erika del Tecnológico de Zacapoaxtla.

Stands interactivos explicaron el ciclo de vida del insecto, su papel en la ecología, y las causas que hoy la ponen al borde de la extinción: tala desmedida, uso de agroquímicos, turismo irresponsable y contaminación lumínica.

Uno de los momentos más aclamados fue el taller de bioluminiscencia, donde se explicó cómo esta luz natural ha revolucionado la medicina y la biotecnología. También se presentó “El viaje de Cocay”, una obra de teatro de calcetín que emocionó a chicos y grandes al narrar, desde la cosmovisión maya, el origen de la luz en estos seres mágicos.

En paralelo, se realizaron talleres de pintura, gastronomía con productos regionales y hasta un laboratorio vivo de hongos luminosos y bacterias con potencial terapéutico.

Porque sí, este festival no fue para “pasar el rato”: fue una alerta. Una sacudida. Un llamado urgente a dejar de ver a la luciérnaga como “atracción turística” y empezar a reconocerla como lo que es: una especie clave que nos está diciendo que algo no anda bien.

Hoy, Tlatlauquitepec se atrevió a hacerles justicia. Y tú, ¿ya te sumaste al rescate?